
¿Por qué mi muñeca dice «mamá» si yo soy su papá?». Esta es la pregunta de un nene de 3 añitos a quien le gusta jugar a «las casitas». Nos lo contaba su tía en el podcast de la semana pasada (minuto 32.30). Nadie se había dado cuenta, solo él. El mundo adulto lo tiene más asimilado que una criatura que está aún sin contaminar y que vive en un entorno que intenta coeducar. Y digo intenta porque el patriarcado se cuela en nuestra casa en todos los formatos posibles, incluso (y especialmente) en forma de muñeca que habla.