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Situación de las mujeres en Noruega

*Situación de las mujeres en Noruega aparece en el podcast:

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Noruega es una Monarquía parlamentaria, viven allí alrededor de 5 millones de personas y es uno de los países con mayor nivel de vida del mundo. Tiene un PIB per cápita muy alto, una enorme riqueza natural -es un gran productor de petróleo– y el Índice de Desarrollo Humano más alto del planetaEstá en el mercado común europeo pero no en la Unión Europea, ya que rechazó entrar en ella en un referéndum popular, en 1994. 

A pesar de todo lo anterior, Noruega también tiene sus cosas chungas. El peso histórico de la extrema derecha es una de esas cosas, desde luego. El Partido del Progreso, que así se llama el principal partido de extrema derecha noruego, manda huevos el nombre, es actualmente la cuarta fuerza política en el parlamento -el Storting-, pero ha llegado a ser la segunda en algunas legislaturas y a tener más del 22% del voto. Además, este partido formó parte del gobierno de coalición con el Partido Conservador entre 2013 y 2020. Es además un partido de largo recorrido, no forma parte de esta nueva ola de extrema derecha europea, lleva siendo importante en la política noruega desde los años 70. 

Recordad también, a propósito del peso de la extrema derecha, el asesinato en masa que llevó a cabo el neonazi Anders Breivik en 2011. 77 vidas se llevó por delante. En agosto de 2012, fue declarado culpable de asesinato masivo, causar una explosión fatal y terrorismo. Y tachado de loco también, porque cuando los terroristas son blancos y religiosos o fascistas, pues es que están locos.

Otra cosa de Noruega con la que se nos llevan los demonios es el tema de la caza comercial de ballenas, que también practican Islandia y Japón, a pesar de las prohibiciones internacionales. En el caso de Noruega, además, cerca del 90% de las ballenas que se cazan son hembras preñadas. Tremenda la movida.

En cuanto a las mujeres, Noruega es un país pionero en la consecución de algunos derechos y avances en igualdad. En 1913 las noruegas consiguieron el derecho a votar en todos los procesos electorales, incluidos los nacionales, en plano de igualdad con los varones. Y desde un poco antes podían hacerlo ya por ejemplo en las elecciones municipales. 

Fue el primer país plenamente independiente en aprobar el sufragio femenino a nivel nacional, de hecho. Porque Nueva Zelanda lo hizo en 1893, pero era todavía parte del Imperio Británico por entonces. Eso sí, la verdadera integración política de las mujeres fue posterior.Es verdad que de forma excepcional y aislada una profesora y activista feminista muy famosa en Noruega, Anna Rogstad, fue diputada brevemente ya en 1911, pero la siguiente mujer en entrar en el parlamento no lo hizo hasta 1921, y no hubo una ministra hasta 1945. Que esto también nos sirve para poner  un poco en valor que España en la II República tuviera ya ahí a Federica Montseny de ministra. 

Noruega, eso sí, ha tenido ya dos primeras ministras, que aquí todavía lo estamos esperando. Actualmente, las mujeres son algo más del 44% en el parlamento y un poco menos del 40% dentro del gobierno.

Desde finales del siglo XIX hubo en Noruega un movimiento feminista importante y organizado, que consiguió que se aprobasen leyes como por ejemplo las que en 1890 permitieron a las mujeres casadas tener control sobre sus bienes y ganancias y no estar sometidas a sus maridos a este respecto. Y en 1909 se legalizó el divorcio.

En el plano educativo, sin embargo, vemos que la primera mujer que entró en la Universidad de Oslo lo hizo en 1882, que no es una fecha particularmente temprana para su contexto. 

Pero el mejor ejemplo de un avance que ha costado mucho a las noruegas lograr es el del aborto. 

No se consiguió el derecho a abortar libremente hasta 1978, y eso, a pesar de que había un activismo proabortista muy potente desde principios del siglo XX. Pero los sectores conservadores y la Iglesia luterana, la mayoritaria en Noruega, plantearon una oposición feroz al aborto libre. Al final se aprobó, y las mujeres mayores de 16 años pueden abortar libremente durante las 12 primeras semanas de embarazo. Entre la semana doce y la dieciocho se puede solicitar también abortar pero el caso debe estudiarlo una comisión de expertos, pa cagarse encima la eterna tutela que tenemos las mujeres en todos sitios. 

El derecho al aborto es además un buen ejemplo de la política del miedo que promueve la derecha conservadora. En Noruega desde luego hicieron muchísimo ruido y daño también con la idea de que la legalización iba a disparar los abortos pero, como en el resto de países, esto no ha sucedido. ¿Para qué quieres estadísticas reales de otros países si puedes basarte en que las mujeres somos mu malas para tomar decisiones sobre nosotras y nuestros cuerpos?

Hablemos de la prostitución. Noruega aprobó en 2008 una ley implementando lo que se conoce como el Modelo Nórdico, que Suecia ya había puesto en marcha una década antes. Se criminalizó específicamente la compra de sexo pero no a la mujeres prostituidas. Es decir, se puso el foco en los puteros, entendiendo que las prostitutas son víctimas. Hubo una evaluación oficial cinco años después de su entrada en vigor, en 2014, que estableció que la prostitución en las calles había disminuido y que probablemente también lo había hecho la prostitución en conjunto, aunque es más difícil de medir. También que la violencia contra las mujeres prostituidas no había aumentado como consecuencia de la ilegalización, como argumentaban muchos regulacionistas. 

La realidad es que no siempre es fácil evaluar los efectos de estas leyes, porque obviamente al ilegalizarse una actividad es más difícil de rastrear. Hay voces, también de abolicionistas, que dicen que la ley lo único que ha conseguido es que la prostitución sea menos visible. ¿Qué es lo que pasa, en realidad? Pues lo de siempre, que no basta con aprobar una ley. Ese es solo el primer paso, pero luego hay que dedicar recursos para que se cumpla, sino de qué nos vale. Recursos para perseguir a los puteros y proxenetas, para seguir invirtiendo en educación, hay que apoyar a las supervivientes de la prostitución, etc.

También es vital que este tipo de leyes se vayan aprobando de forma coordinada en más países, porque si no lo que pasa es que la prohibición en uno puede tener el efecto de aumentar la prostitución en el país de al lado… Pero hay países, como España y su Ministerio de Igualdad, que no quieren ni oír hablar del tema. Y, la verdad, siendo España el primer país de Europa en número de puteros, un poquito sí que habría que hablar, señoras y señores.

Otro tema fundamental, por supuesto, es la violencia machista. Al final, a base de buscar y tirando del traductor de Google noruego-español más de una vez… pues hemos encontrado bastantes datos sobre el tema. Pero de primeras nos esperábamos más y mejor información, y un enfoque más feminista en esa información de lo que hemos encontrado. Igual es que teníamos las expectativas demasiado altas.

La web de ONU Mujeres recoge un dato de un estudio de 2008 en el que se afirma que un 26.8% de las mujeres de Noruega de entre 22 y 50 años habían sufrido violencia física o sexual a manos de al menos una pareja a lo largo de su vida. Es una cifra que se sitúa en la línea de la media de la UE.

Pero es interesante mencionar que a menudo los países con mejores datos en igualdad no tienen los índices de violencia machista más bajos. De hecho, en ese estudio de 2014, en los países nórdicos de la UE; Dinamarca, Finlandia y Suecia, los índices de violencia machista eran superiores a la media. 

¿Por qué pasa esto? Pues porque en los países más igualitarios se reconocen más y mejor los abusos y las violencias, hay menos miedo y estigma a la hora de denunciar, etc. y eso se refleja en las encuestas. 

La violencia sexual es más tabú que el maltrato físico y psicológico. Según recogía en 2011 el New York Times, en Noruega una de cada diez mujeres de más de 15 años ha sido violada, y el 80% de esas violaciones no llegaron a denunciarse

En cuanto a los feminicidios, sorprendentemente en Noruega no existe un centro oficial ni un observatorio dedicado específicamente a analizarlos. Es la policía quien informa de los asesinatos cometidos por parejas o ex parejas. Actualmente, se pueden consultar las estadísticas hasta 2019, año en el que hubo 4 mujeres asesinadas por parejas o ex parejas, la mitad justo de las que había habido en 2017. 

Según un estudio reciente de la Universidad de Oslo, entre 1990 y 2019 han sido asesinadas por parejas o ex parejas, de media, más de 6 mujeres cada año. Sería un poco como hablar de entre 50 y 60 asesinadas anuales en un país del tamaño de España. Es un número bajo comparativamente, pero es que Noruega tiene índices de criminalidad súuuper bajos. De hecho, prácticamente la mitad de todas las mujeres que son asesinadas lo son a manos de parejas o ex parejas. 

En el estudio de la Uni de Oslo, se menciona también que al menos siete de cada diez asesinadas tenían un historial conocido de violencia detrás, y se critica que el sistema no está sabiendo responder bien ante este problema. Vamos, como en todas partes, por desgracia. 

En el plano económico, Noruega destaca por su alto grado de igualdad entre hombres y mujeres en comparación con otros países. Pero con todo y con eso, hay diferencias importantes. En el mercado laboral participan más o menos el 70% de los hombres y el 65% de las mujeres, pero no en igualdad de condiciones. Más del 65% de los puestos de alto funcionariado, gerencias y legislación los ocupan hombres. Según los últimos datos, de 2021, las mujeres empleadas a tiempo completo cobran solo el 89.6% del sueldo medio de los varones. Es una brecha salarial baja para lo que solemos ver, pero todavía importante, y esta diferencia además se amplía en los puestos de mayor nivel salarial. Además, hay alrededor de un 20% más de mujeres empleadas a tiempo parcial que de hombres. 

En otro orden de cosas, Noruega suele aparecer retratada en la prensa como un país muy bueno para ser madre. De hecho, la organización Save The Children lo consideró en 2014 como el mejor país del mundo para ser madre, directamente. En un índice que hicieron valoraban cuestiones como beneficios sociales disponibles, prestaciones económicas, calidad del sistema sanitario, entre otras cuestiones.

Hay toda una serie de ayudas económicas para las familias con criaturas, un muy buen sistema de guarderías públicas y, por ejemplo, amplias bajas de maternidad y paternidad. Las parejas pueden cogerse conjuntamente 49 semanas de baja con un 100% del sueldo, o 59 semanas con un 80% del sueldo. De este tiempo, 15 semanas con el 100% del sueldo o 19 con el 80%, corresponden obligatoriamente a la madre, y otras tantas al padre (o la otra madre, si es una pareja de mujeres). Ya sabéis que la obligatoriedad se impone para que los papás no les dejen las semanas a las mamás, o incluso que no las aprovechen para volver al curro, que era lo que pasaba antes. Y, bueno, el resto del tiempo sí se lo pueden repartir como consideren. 

Sin embargo, esa imagen de la maternidad en Noruega se cae bastante cuando nos vamos a ver cómo viven las madres en hogares monomarentales

Alrededor del 17% de todos los hogares con criaturas en Noruega son hogares con una sola persona adulta, y en el año 2014, para el que hemos encontrado datos concretos, esa persona adulta es la madre en un total de 116.500 hogares, frente a los 46.500 donde es el padre. 

Sin despreciar la aplastante mayoría de mujeres, es una proporción sorprendente de padres, desde luego, si lo comparamos con otros países. Pero lo que queremos subrayar es que las madres solteras sufren una situación económica mucho peor que la del conjunto de la población del país, como siempre. 

Un estudio de 2018 establecía que el 34% de esas madres estaban por debajo del umbral de la pobreza, frente al 5% de los hogares con una pareja que estaban en esa misma situación precaria. Es una diferencia enorme. Pensad que por ejemplo el mismo estudio señala que en España eran un 33% las madres por debajo del umbral de la pobreza y un 19% los hogares con una pareja en esa situación de precariedad. 

Hay ayudas económicas especiales para este modelo de familia, pero está claro que no son suficientes. De forma más específica, el estudio señala que las madres con un bajo nivel de estudios están entre los sectores más desfavorecidos de la sociedad noruega. 

En Noruega, entre el 15 y el 20% de la población tiene alguna discapacidadNoruega un país muy avanzado en cuanto a la inclusión de las personas con discapacidad a todos los niveles. Desde leyes antidiscriminación hasta por ejemplo adaptación de transportes públicos y de espacios públicos para hacerlos accesibles. Hay muy buenos servicios de salud y una buena cobertura para situaciones de dependencia. 

Noruega también es uno de los países donde las personas con discapacidad tienen niveles de paro más bajos. Concretamente, un informe de la Organización Internacional del Trabajo de 2010 colocaba a Noruega como el quinto país del mundo con más personas con discapacidad empleadas.

A nivel de salud mental, en 2012 se inició un proyecto piloto para facilitar el acceso a tratamiento psicológico desde los servicios de Atención Primaria, hace un año y medio se abrió el primer hospital psiquiátrico libre de medicamentos de todo el mundo… En fin, se hacen cosas muy interesantes y pioneras. 

En cuanto a los derechos de las personas no heterosexuales, Noruega es lo que esperábamos: es un país donde existen todo tipo de leyes y garantías legales. 

Sí es interesante mencionar que los vientres de alquiler es ilegal. Sin embargo, en julio de 2016, Noruega aprobó una ley que permite entre otras cosas la autodeterminación de género sin cirugía ni diagnóstico psicológico previo a las personas mayores de 16 años, y que permite también transicionar a menores a partir de los 6 años con el permiso de los padres. Debbie Hayton recoge en un artículo del año pasado -que incluiremos en la web- que en los dos años que siguieron a la aprobación de la ley el número de mujeres acusadas de violación se multiplicó por tres. Ya ves. 

En 2020 se aprobó también una ley contra los discursos tránsfobos, de la que se ha criticado, por un lado, que no hay una ley similar contra los discursos misóginos, y por otro, que es susceptible de ser aplicada de forma abusiva para silenciar a las voces críticas con las teorías queer y el transgenerismo. Nos suena esto. 

Pero bueno, al parecer hacen falta muchísimos más datos de todo tipo, hace falta más violencia contra las mujeres y estadísticas distorsionadas, hacen falta más podios con nacidos varones llevándose los oros. Porque hay gente que todavía no ve el problema, y es que, claro, al final no es tan importante, las damnificadas somos solo mujeres.

 

REFERENCIAS

Ilustraciones > Canina Walls

un podcast de