
Ilustraciones > Canina Walls
un podcast de
Menú

Diseño y desarrollo web > Supernova
Ilustraciones > Canina Walls
© 2020 radiojaputa.com
Inicio > Situación mujeres en el mundo > Situación de las mujeres en Nigeria
¡Comparte!
Esta semana en nuestra encuesta de Instagram, habéis elegido para esta minisección inicial que hablemos de la situación de las mujeres en un país del África subsahariana con una historia especialmente compleja: Nigeria.
Este país tiene mucha tela que cortar, amigas, así que primero vamos a ponernos un poco en contexto. Nigeria tiene 211 millones de habitantes, es el país más poblado de África, y es también la primera economía de África, un país bastante rico, con reservas importantes de petróleo y de gas natural. Y sin embargo, esa riqueza no puede estar peor repartida. De hecho, en 2018 Nigeria superó a la India como el país con más pobres extremos del mundo: prácticamente la mitad de la población vive con menos de 1,9 dólares al día. Una cuarta parte no tiene acceso a agua potable, hay 10 millones de niños y niñas sin escolarizar.
Nigeria, como tal, es un país muy joven, porque fue una colonia británica hasta 1960. Bueno, de hecho, hasta 1914 eran dos colonias, Nigeria del Norte y Nigeria del Sur. Desde que obtuvo su independencia, el país ha atravesado periodos muy convulsos, alternando dictaduras militares con etapas más democráticas, como la que viven actualmente, desde 1999. Democracia… bueno, ahora hablaremos de eso.
Este país ha vivido también conflictos armados, el más duro sin duda la guerra civil entre 1967 y 1970, en la que el sudeste del país intentó independizarse bajo el nombre de República de Biafra. Sobre la guerra de Biafra hay una novela maravillosa de Chimamanda, llamada “Medio Sol Amarillo”, que además explica muy bien lo que es Nigeria, la mezcla étnica que hay, el impacto brutal del colonialismo, la cultura tradicional, el papel de las mujeres. Seguro que muchas la habéis leído ya, pero a las que no, no podéis no leerla es un libro súper recomendable. Además Chimamanda sabe muy bien de lo que habla, porque ella es de esa zona de Biafra precisamente, aunque nació unos años después de que acabara la guerra. Creo que hay tres realidades sobre Nigeria que es importante que conozcamos para entender mínimamente lo que os voy a contar después.
La PRIMERA es que Nigeria es un país con muchísima diversidad étnica, lingüística y religiosa. Hay unos 250 grupos étnicos distintos: los principales son los igbo, los yoruba y los hausa-fulani -que en realidad, estos dos últimos, son grupos muy emparentados-. Se hablan, ojo, ¡más de 500 idiomas!, aunque el oficial sea el inglés, que es el que permite entenderse a todo el mundo. Esta diversidad, por desgracia, favorece el conflicto y dificulta la tarea de gobernar.
Es una de las consecuencias de la descolonización: llegaba una potencia europea, su puñadito de señores blancos, colonizaban, trazaban unas fronteras para repartirse el pastel y, después, esas fronteras son las que se han usado para dar lugar a nuevos países. Pero claro, eran fronteras trazadas pensando en la explotación económica del territorio, y al final lo que pasa es que se ha obligado muchas veces a convivir a grupos culturalmente diferentes.
En el caso de Nigeria, además, a la diversidad étnica se le suma la religiosa, porque en la zona norte es mayoría la ciudadanía musulmana y en la zona del sur la cristiana, además de que sobreviven algunos cultos tradicionales, también.
La SEGUNDA CUESTIÓN es que la desigualdad que hay en Nigeria, con muchísimas personas pobres pero también riqueza, petróleo y demás, está también muy marcada entre ese sur de mayoría cristiana y ese norte de mayoría musulmana. El petróleo está en el sur cristiano, el norte musulmán es mucho más pobre y está claramente marginado también a nivel de poder político.
Y una ÚLTIMA PRECISIÓN, antes de meternos ya en harina, es la supuesta democracia que vive Nigeria desde 1999. Existe un sistema multipartidista y se celebran elecciones, sí, pero en la práctica, a nivel de derechos y libertades no lo es para nada. Es además uno de los países con más corrupción del mundo, y el gobierno central tampoco controla perfectamente todo el territorio, porque para poder articular toda esa diversidad que os decía, Nigeria se ha constituido como una República federal. La componen 36 estados que tienen mucha independencia a la hora de hacer leyes y demás. Por no mencionar los territorios que controla Boko Haram, un grupo terrorista de carácter fundamentalista islámico del que habréis oído hablar mil veces. Que bueno, en realidad ya hace unos años que Boko Haram se partió en dos grupos enfrentados, pero vamos, por no liarnos más, hablaremos de Boko Haram.
Primero, los datos de desigualdad entre los sexos en Nigeria son tremendos. El país ocupa la posición 139 de los 156 países analizados en el Índice Global de la Brecha de Género. Los hombres son clara mayoría en todos los niveles educativos, la tasa de analfabetismo de las mujeres se acerca al 50% -la de los hombres está por debajo del 30%-, y aunque las mujeres participan bastante en el mercado laboral (alrededor del 49% lo hacen, frente al 63.8% de los hombres), la brecha salarial es de las mayores del mundo y la infrarrepresentación femenina en puestos de responsabilidad es tremenda. Esto se ve perfectamente en política: las mujeres son menos del 6% en el parlamento y solo un 10,3% en el gobierno, en los ministerios.
Pero al final ninguno de estos datos refleja de verdad lo jodida que es la situación de las nigerianas. Uno de los dramas de los que tenemos que hablar es el de la mutilación genital femenina. Hablamos del país con más víctimas de mutilación genital del mundo: alrededor de la cuarta parte de las mujeres de Nigeria la han sufrido; hablamos de entre 20 y 30 millones de mujeres. Y hay que decir que está práctica además es más común en la parte del sur cristiana de Nigeria que la del norte. Y es que la mutilación genital femenina es anterior a la llegada del Islam o del Cristinismo, ninguna de estas religiones habla de mutilar a las mujeres. Esta violencia está más relacionada con la tradición que con la religión. Además, la mayoría de estas mutilaciones, que son de distintos tipos -ablación del clítoris o parte de él, de los labios, etc.- las llevan a cabo curanderos tradicionales sin formación médica, por supuesto, y sin las medidas higiénicas adecuadas.
Por suerte, en 2015 el gobierno nigeriano ilegalizó por fin las mutilaciones genitales y estamos viendo que están decreciendo bastante en los últimos años. Este tipo de prácticas, junto con otras también tremendas como los ritos tradicionales de viudedad (por ejemplo obligar a las viudas a beber el agua con el que se ha limpiado el cuerpo de su marido, así como el peor acceso en general de las mujeres a la sanidad) influyen para que en Nigeria haya muchas más mujeres que hombres con VIH. Aunque también en esto la mejora ha sido enorme: en dos décadas, la cifra de nigerianos y nigerianas con este virus ha pasado de 7 millones a 3.
Otro tema ineludible es el sometimiento a la sharía -o ley islámica- de las mujeres musulmanas de una docena de estados del norte del país. Estados de mayoría musulmana. Con mención especial para el sufrimiento y la opresión extrema a la que someten a las mujeres los yihadistas de Boko Haram y de otra organización escindida de Boko Haram que está vinculada al famoso Daesh, al Estado Islámico. En los territorios que controlan directamente estas organizaciones se aplica la versión más extrema de la sharía, y además como sabéis estos terroristas llevan a cabo ataques que muchas veces tienen exclusivamente a las mujeres como objetivo. Todas nos acordamos del secuestro en 2014 de 276 niñas en la zona de Chibok, que desató una campaña mediática internacional para intentar su liberación. Campaña en la que participó hasta Obama, pero que cayó en el desinterés poco después. A día de hoy, de las 276 niñas todavía siguen en paradero desconocido alrededor 100.
Este ha sido el caso más mediático, digamos, pero es que solo entre 2014 y 2015, Boko Haram secuestró a unas 2.000 mujeres y niñas. ¿Para qué? Para forzarlas a casarse con ellos mismos, o para ponerles cinturones bomba y, literalmente, detonarlas donde les convenga. Se calcula que ya han utilizado entre 100 y 200 niñas bomba, sobre todo en el Noreste del país.
Por otra parte, la violencia machista está muy extendida en toda Nigeria. Hay mucha aceptación social del uso de la violencia para “corregir” a las mujeres dentro del matrimonio, sobre todo dentro de algunas etnias como los hausa y en las zonas más rurales y pobres. Y desde el punto de vista legal tampoco hay una ley de carácter estatal que permita luchar contra esta violencia de forma efectiva. De hecho, hay una ley de 2015, llamada Ley de Prohibición de la Violencia contra las Personas, que sí aborda el tema de la violencia machista, pero no la han ratificado ni siquiera la mitad de los estados nigerianos. Luego hay algún estado, como el de Lagos, que sí tiene leyes específicas sobre violencia dentro del hogar. Pero también hay estados musulmanes del norte donde se sigue considerando legal la violencia física a la esposa para “enderezarla”.
Las encuestas sobre violencia contra las mujeres no merece la pena ni nombrarlas, es un tema tabú en la sociedad nigeriana y son absurdamente inexactas. Tampoco se tienen datos aceptables sobre violaciones o feminicidios. Cuando hay asesinatos de mujeres, es muy frecuente que se oculte en los registros y que no se refleje la verdadera causa de la muerte. Sí sabemos, por denuncias de ONGs, que no se castigan adecuadamente ni la violencia sexual ni el feminicidio. Ha habido casos escandalosos: en 2010 el rey de Akure, que es un cargo tradicional y a día de hoy más bien simbólico, por así decirlo, mató a su mujer a golpes y, por supuesto, pues no le pasó nada.
A raíz del covid, las denuncias de violencia machista han repuntado hasta un 30%. A mediados del año pasado, la sucesión muy seguida de varios casos muy bestias, como la violación de una chica de 12 años por once hombres en mayo de 2020, el asesinato de una joven de 22 en una iglesia donde había ido a estudiar, también ese mismo mes, y la violación y asesinato de otra joven en su casa muy poco después, hicieron que las nigerianas se echaran a la calle desafiando las normas del confinamiento para pedir soluciones y acciones estatales de verdadero alcance… Que sin embargo no llegan.
En el norte, donde varios estados musulmanes aplican la sharía y han ido entrando poco a poco las versiones extremistas del Islam, se practica la segregación por sexo: se excluye a las mujeres de la vida pública y profesional, y son pocas las que tienen acceso a una formación educativa decente. Aunque también depende de las etnias, hay etnias que son mayoritariamente musulmanas pero algo más abiertas. En el sur hay más participación femenina en la vida pública, es más frecuente verlas trabajando, etc. En todo esto no solo influye el tema religioso, sino el hecho de que el sur sea más rico que el norte.
Por otra parte, sobre todo en la zona musulmana del norte pero también en otras e incluso entre los cristianos, la poligamia está bastante extendida. Y en algunas zonas de Nigeria se practican todavía costumbres como el excrex, el pago que el novio hace a la familia de la novia, que entre otras cosas refuerza esa consideración de las mujeres como una posesión, claro. Yo te pago y tú me vendes a tu hija.
Y otra lacra muy muy extendida es el matrimonio infantil, con más del 40% de las mujeres nigerianas casándose antes de los 18 años. El gobierno aprobó una Ley de Protección de la Infancia prohibiendo el matrimonio antes de los 18, pero hay 13 estados, los musulmanes básicamente, que no la han ratificado.
El aborto está prohibidísimo y castigadísimo en toda Nigeria, salvo en caso de riesgo para la vida de la madre, si bien en el norte las penas por abortar son también más duras que en el sur. Aun así, hay muchísimos abortos clandestinos, claro, porque entre otras cosas el uso de anticonceptivos está tremendamente poco extendido y hay muchos embarazos no deseados. Esos abortos clandestinos se llevan a cabo en pésimas condiciones higiénicas, como sabéis, y por personas que no tienen formación sanitaria: se calcula que alrededor de medio millón de mujeres experimentan cada año complicaciones de salud graves por abortos clandestinos, y la mortalidad que se deriva de ello es muy alta.
En cuanto a la prostitución, hay que decir que está prohibida tajantemente en los estados musulmanes del norte pero en la zona sur cristiana, aunque en teoría también, la cosa es más ambigua y en realidad la prostitución individual se tolera, y los burdeles y proxenetas sí se prohíben.
De los derechos de las personas con orientaciones diferentes a la heterosexual no tenemos que hablar nada porque no existen. Las relaciones entre personas del mismo sexo están prohibidas y penadas. En los estados musulmanes del norte, donde impera la sharía, la pena puede llegar a ser la muerte por lapidación, mientras que en el sur la pena es de cárcel, hasta un máximo de 14 años. Algunas encuestas muestran que más del 90% de la población nigeriana rechaza la homosexualidad, para que os hagáis una idea de cómo está el tema.
Aun así, hay algunas activistas, lesbianas y gays, que se juegan el tipo. El año pasado una de esas activistas, Pamela Adi, se atrevió a sacar una película centrada en el amor lésbico (titulada Ìfé) que como os podéis imaginar levantó muchísima polémica en el país.
Por lo demás, en Nigeria, en el sur, hay un movimiento feminista importante y comprometido. No de ahora, el feminismo en Nigeria tiene bastante historia, desde la época colonial como mínimo, con mujeres como Elizabeth Adekogbe o Funmilayo Ransome Kuti -de la que os hablé en uno de esos correos que os mando los domingos- que ya lograron el voto para parte de las mujeres del país en los años 50. Las nigerianas sólo pudieron votar en todo el país a partir de 1979. Y desde los años 80, con el movimiento “Women in Nigeria” (WIN), que sigue existiendo y que ha sido clave para ir avanzando algo, que no mucho como podéis deducir de lo que os he dicho, porque las resistencias son devastadoras.
© 2020 radiojaputa.com