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Inicio > Situación mujeres en el mundo > Situación de las familias monomarentales en el mundo
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Hoy no empezaremos recorriendo un país en concreto, sino que hablaremos de familias monomarentales alrededor del mundo.
Uno de los cambios más importantes que se han dado en las últimas décadas en los modelos de familia de los países ricos es el aumento progresivo de los hogares monomarentales, es decir, de los núcleos familiares en los que hay un única persona adulta con al menos una criatura a su cargo. Como os decía, vamos a referirnos durante todo el programa a familias monomarentales ya que la inmensa mayoría de este modelo de familia está bajo la tutela de mujeres. Vamos a ver los números.
Según un informe del Pew Research Center, un think tank estadounidense que ha estudiado este fenómeno en más de cien países, alrededor de un 7% de los menores de todo el mundo viven hoy en hogares monomarentales. Pero la distribución de este tipo de familias no es uniforme. En los Estados Unidos, el 23% de los menores viven a cargo de una única adulta, en Reino Unido el 21%, en Rusia el 18%, en Francia un 16%… Aquí en España ese porcentaje se sitúa bastante por debajo, alrededor del 11%, aunque el aumento de las familias monomarentales en los últimos años es muy significativo.
Fuera del ámbito euroatlántico, eso que llamamos a veces el mundo occidental, los hogares monomarentales son generalmente menos frecuentes: en la India viven al cargo de un único adulto solo un 5% de las menores, en Nigeria un 4% y en China un 3%, por poner tres ejemplos de países grandes y con mucha población.
¿A qué se debe esa tendencia al aumento de las familias monomarentales en Occidente y esa disparidad entre países? Si miramos un mapa de la distribución de estos hogares en el mundo queda muy clara una fractura entre el norte rico, donde son más frecuentes las familias monomarentales, y el sur explotado, donde lo son menos. Pero realmente el factor económico es solo uno de los que explican este fenómeno. A su lado hay otros factores de tipo histórico, de tipo religioso y de tipo cultural.
En los países donde vemos muchas familias monomarentales lo que suele haber detrás es un aumento de las separaciones y los divorcios, con la consiguiente custodia y crianza a cargo de las madres, por supuesto. Luego hay algún caso excepcional, claro, por ejemplo de países africanos que han sufrido periodos de guerra muy largos, donde el aumento de este tipo de familias se debe a menudo a la muerte de uno de los progenitores.
En nuestro entorno, profesionales de la sociología manejan varias explicaciones sobre el aumento de las rupturas y las separaciones. Algunos señalan que se debe al individualismo y al egoísmo cada vez mayores de nuestras sociedades, que afectan a nuestra capacidad para comprometernos. Otras expertas, y aquí es donde está la clave del asunto, señalan que lo fundamental ha sido la emancipación de las mujeres y el impulso hacia una mayor igualdad entre sexos en el mundo occidental.
El acceso de las mujeres a la educación y al mercado laboral, y la toma de conciencia feminista, el ir sacudiéndonos la alienación y esa autoimagen de inferioridad, han cambiado el panorama. Ahora esperamos más de nuestras relaciones de pareja, aguantamos menos los abusos y solemos tener más autonomía y más recursos, no solo económicos, sino también psicológicos y sociales, en caso de querer poner fin a una relación. Las propias presiones sociales y religiosas sobre el mantenimiento de los matrimonios también se han relajado. Aunque quede mucho por hacer, se puede decir que nos separamos más porque somos un poco más libres.
En países con regímenes patriarcales más duros, donde la desigualdad es incluso a nivel legal y las presiones sociales y religiosas para mantener el matrimonio son muy fuertes, hay menos separaciones y es más raro ver hogares monomarentales. Esto se puede ver tanto al comparar países como al comparar culturas dentro de un mismo país. Por ejemplo, al estudiar, dentro de distintos países ricos, cómo son las familias en función del credo religioso que profesan, se ha comprobado que entre los musulmanes las familias monomarentales son mucho menos frecuentes que entre los cristianos o entre aquellos que no profesan ninguna religión.
Lo que sí es bastante global y homogéneo es que estas familias están encabezadas mayoritariamente por mujeres. Nosotras hemos titulado este especial como Familias Monomarentales pero, atención que esto da para sección de María Martín, este término no está reconocido por la RAE, aunque cada vez se usa más con una intención política y reivindicativa. Ya sabéis que la RAE recoge el uso que le sale de la huevada. En España, más del 80% de los hogares monomarentales están encabezados por una mujer.
En las familias monomarentales, y este es realmente el problema que nos urge afrontar como sociedad, el riesgo de exclusión y pobreza es altísimo. En España, es nada menos que el doble que el riesgo para el conjunto de la población. Una situación de precariedad que viene desencadenada en muchas ocasiones por los problemas de acceso al empleo que sufren estas madres, la falta de ayudas y la imposibilidad de encontrar trabajos dignamente remunerados que sean a la vez suficientemente flexibles como para poder conciliarlos con la crianza. Incluso a nivel de derechos se ven discriminadas, como veremos luego, aunque poco a poco su lucha va logrando algunas victorias. Por ejemplo, a finales de 2020 el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco reconoció a una madre soltera el derecho a disfrutar también del permiso por nacimiento que le correspondería al segundo progenitor. Algo perfectamente lógico si pensamos en que estos permisos se dan pensando en el recién nacido y en su cuidado, no son un premio ni unas vacaciones para el padre.
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