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Christine Delphy

*Christine Delphy aparece en el podcast:

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Para conocer a Christine Delphy viajamos hasta Francia, que junto a EEUU fue otro enclave de la segunda ola del feminismo. Christine nació en 1941 en un París ocupado por los nazis. Era hija de dos farmacéuticos y tuvo la oportunidad de estudiar primero en la Sorbona y más tarde en Berkeley, en los EEUU, doctorándose en Sociología a finales de los 60 en la Universidad de Québec, Canadá. Poco después entró a trabajar en el CNRS francés, el equivalente a nuestro CSIC, al que ha seguido vinculada hasta ahora.

Christine Delphy fue una de las fundadoras del Movimiento de Liberación de la Mujer francés y de las Bolleras Rojas, grupo de activismo radical lesbiano.

Christine ha tenido un papel muy relevante como intelectual y también como activista. Fue una de las fundadoras del Movimiento de Liberación de la Mujer francés, que se creó a raíz del Mayo del 68, y también de un grupo de activismo feminista radical lesbiano, las Bolleras Rojas. Un grupo en el que también estuvieron otras feministas muy conocidas, como Monique Wittig, y que nació en 1971 debido a que, oh, sorpresa, muchas lesbianas sentían que el Frente Homosexual de Acción  Revolucionaria, un grupo activista mixto, era misógino y no les daba espacio. 

Crearon un espacio autónomo donde unir la lucha feminista y el lesbianismo. Esto nos vuelve a remitir a algo que decíamos ya hace algunos programas, y es que las mujeres de la segunda ola se encontraron con que los grupos de izquierdas mixtos estaban liderados por hombres y reproducían sistemáticamente actitudes machistas e invisibilizaban a las mujeres. 

A finales de los 60 y principios de los 70, Christine fue muy activa en la lucha por legalizar los métodos anticonceptivos y el aborto en Francia. En 1971 participó, junto con caras muy conocidas como Simone de Beauvoir o Catherine Deneuve, en una campaña en la que 343 feministas se autoinculparon de haber abortado para forzar la despenalización de la libre decisión sobre nuestros cuerpos. 

En 1972 consiguieron la despenalización de la contracepción y en 1975 la famosa Ley Veil que despenalizaba el aborto. Hasta hoy, Christine Delphy ha estado muy presente en el debate público francés, y no solo en temas feministas. Tuvo un papel muy importante en los movimientos contra la guerra de Afganistán, apoyando la revolución de Rojava en el Kurdistán. También ha estado siempre activa en los movimientos antirracistas en Francia.

En 2011, cuando saltó el escándalo de la violación de una limpiadora de hotel por el director del FMI, Dominique Strauss-Kahn, Christine Delphy fue una mujer fundamental para aglutinar al feminismo francés en apoyo de la víctima. 

Como académica e intelectual Christine ha tenido un recorrido también muy largo y fructífero. Es quizá la representante más importante del feminismo materialista, una corriente dentro del feminismo radical que incorpora herramientas analíticas del marxismo para aproximarse al problema de la opresión de las mujeres.

También fue una de las fundadoras, junto a Simone de Beauvoir, de la mítica revista “Nuevas cuestiones feministas”, que sigue existiendo en la actualidad, y nos ha dejado dos grandes aportes teóricos.

El primero es la noción de “modo de producción doméstico”. Para Delphy, la sociedad occidental industrial no se funda solo sobre un modo de producción capitalista, sino sobre la articulación de ese modo de producción capitalista con otro modo de producción, que llama doméstico o patriarcal, en el que las mujeres somos explotadas por los varones, recluidas en labores de crianza, cuidados, limpieza, cocina… a menudo sin remuneración. Para subsistir, el capitalismo ha tenido que aprovecharse de este otro modo de producción feminizado.

Delphy, como radical, también apuntaló lo que, desde la segunda ola hasta hoy venimos denunciando: que nuestro sexo anatómico es algo desprovisto de sentido hasta que una construcción social, que es el género, construye en torno a él un sistema de opresión y utiliza ese género para diferenciar a los opresores de las oprimidas. Por eso, Delphy también defiende que la única vía para la emancipación de la mujer es la abolición del género.

En “El enemigo principal”, que son libros de finales de los noventa y principios de los dos mil, Christine desarrollan las ideas que venía manejando ya desde los años 70. Como veis, toda una vida dedicada a la lucha por la liberación de las mujeres y por la abolición de todo sistema que explota y violenta a los seres humanos considerados de segunda categoría.

 

Ilustraciones > Canina Walls

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