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Historia del Feminismo en España VIII: de los años 80 al 2020

*Historia del Feminismo en España VIII: de los años 80 al 2020 aparece en el podcast:

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Habíamos contado que al final de la transición el feminismo se fracturó por discrepancias sobre temas como si había o no que meterse en los partidos políticos tradicionales. Muchas feministas optaron por militar en partidos de izquierdas, pero esa estrategia y las divisiones en el movimiento hicieron que la movilización en la calle y la presencia pública del feminismo se resintieran mucho a partir de los años 80.

Lo que se consolidó y predominó desde ese momento fue el FEMINISMO INSTITUCIONAL. Se empezaron a formar organismos públicos como el Instituto de la Mujer, puesto en marcha por el PSOE en 1983, también los gobiernos autonómicos pusieron en marcha departamentos, consejerías… Aparecieron las Direcciones Generales de la Mujer, en algunos ayuntamientos se empezaron a crear concejalías de igualdad, etc. 

Desde esas instancias se empezaron a promover estudios, campañas de concienciación y políticas concretas para mejorar la situación de las mujeres. Por ejemplo aparecieron los famosos “Planes de Igualdad” del Instituto de la Mujer. Las feministas que militaban en los partidos lograron también que se implantasen las cuotas en las listas electorales en formaciones como el propio PSOE, presionaron para conseguir algunas mejoras como la ampliación del permiso de maternidad, etc. Desde las instituciones se empezaron igualmente a canalizar recursos y subvenciones a asociaciones feministas independientes, pero siempre estaría el problema de que por esa vía se acaban potenciando los grupos que le interesan al poder político.

Además del FEMINISMO INSTITUCIONAL hay que hablar del desarrollo del FEMINISMO ACADÉMICO, con la puesta en marcha de asignaturas específicas en algunas carreras y de departamentos y seminarios de Estudios de Género en varias universidades. Y también se consolidó un FEMINISMO SECTORIAL, con asociaciones feministas cada vez en más sectores profesionales.

por supuestos siguieron existiendo grupos feministas autónomos, a veces dedicados a luchar contra problemas muy concretos y otras veces más generales, siguió funcionando también el Partido Feminista de Lidia Falcón y otros partidos feministas regionales como el Partit Feminista de Catalunya…

El feminismo siguió vivo y activo en ese sentido, pero a pesar de ello, el FEMINISMO COMO MOVIMIENTO SOCIAL, la capacidad de convocatoria y de poner la agenda feminista en un lugar importante dentro de la sociedad, quedaron muy tocados. Por eso hay quien habla de un FEMINISMO DIFUSO en estas décadas de la postransición.

La coyuntura cambió a raíz del asesinato de Ana Orantes en 1997. Lo vimos al hablar de la violencia machista, pero el cambio fue más allá de ese tema en concreto. No es que este asesinato despertase al feminismo, porque las compañeras estaban bien despiertas y ya desde hacía tiempo había organizaciones independientes, como la Comisión Para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, el Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales o la Federación de Mujeres Progresistas, por daros tres ejemplos, que venían luchando contra la violencia machista.

Pero el nuevo contexto sí ayudó a que el feminismo volviese a ocupar más espacio en los medios y pudiera crecer y llegar a más y más de nosotras para presionar más y mejor, de forma que se promovieran cambios. Muchos de esos cambios llegaron con Zapatero: la Ley de Violencia de Género de 2004, la nueva Ley del Aborto de 2010, y otra ley también muy importante, la Ley de Igualdad de 2007, que entre otras cosas introdujo los permisos de paternidad y mejoraron los de maternidad una demanda feminista clave. Permisos que, como ya comentamos podcasts atrás, el PP recurrió en su momento ante el Constitucional.

Este impulso feminista también se notó en los demás ámbitos de la lucha feminista. En el feminismo académico de los últimos 20 años han surgido muchos más centros dedicados a los Estudios de Género, cursos, posgrados… La propia Escuela Feminista Rosario de Acuña que dirige Amelia Valcárcel nació en esta época, en 2002.

Sin duda la lucha contra la violencia machista ha sido lo que más ha impulsado al feminismo en los últimos tiempos, a lo que algunas autoras ya consideran la cuarta ola del feminismo en España, que terminó de cristalizarse con la ayuda de las redes sociales y de movimientos sociales más amplios como el 15-M. Las redes han contribuido a politizarnos, a ponernos en contacto y a movilizarnos. A darnos cuenta, en resumen.

En la última década el feminismo ha alcanzado una presencia pública que nunca había tenido en España. Hemos vivido manifestaciones históricas: el famoso Tren de la Libertad, en 2014, para frenar el intento de Gallardón de cargarse la Ley del Aborto, las manifestaciones contra diferentes asesinatos machistas, las movilizaciones espectaculares por la violación de La Manada, enfrentándonos por primera vez de forma masiva a la Justicia Patriarcal… Ha sido un crecimiento exponencial, emocionante… Pensad por ejemplo que la misma manifestación del 8M de 2015 apenas reunió a 4.000 o 5.000 personas en Madrid, y desde 2017 el crecimiento se disparó hasta alcanzar las 40.000 compañeras, actualmente se ha multiplicado por diez, en tres años hemos pasado de 40.000 a 400.000.

Todo esto nos ha permitido colocar en el debate público luchas feministas que vienen de lejos: el abolicionismo de la prostitución, la crítica a la pornografía, la abolición del género, de la brecha salarial, del techo de cristal, de la feminización de la pobreza… Y también enfrentarnos a amenazas nuevas como por ejemplo los vientres de alquiler.

Pero esta expansión tiene sus riesgos. Las divisiones internas, los intentos de que acabemos sometidas a determinados intereses políticos y de que el feminismo acabe difuminado de nuevo y sometido a los intereses del sistema, de que pierda combatividad…

Las feministas anglosajonas ya llevan años peleando contra el “feminismo del pintalabios” y los estragos de la teoría queer, conscientes de que es neoliberalismo disfrazado de feminismo, y ahora también lo estamos viviendo en España.

Y este falso debate sobre qué es o qué no es feminismo, o qué es o no es ser mujer, como si no tuviéramos 3 siglos de teoría donde consultarlo, es peligroso para el feminismo y por tanto para las mujeres en general, porque nos quedan muchas cosas por conseguir, muchísimas, pero estamos enredadas, tenemos enfrente a sectores sociales y políticos que quieren cargarse lo ya logrado, como VOX. Así que no es buen momento para perder el foco, primas, aunque nos estén forzando a ello.

El patriarcado siempre encuentra la forma de intentar dinamitar la lucha, y mientras el sistema sea este, no habrá parche que lo frene. Como dijo Simone de Bauvoir: “Nuestros derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida”. El sistema hay que desmontarlo y rehacerlo de nuevo, un cambio radical, desde la propia raíz. Cualquier otra cosa, no deja de ser un patriarcado con purpurina y frases de Mr Wonderful haciéndose pasar por aliado. Un patriarcado que sigue matando, violando y empobreciendo a las mismas de siempre: a las del segundo sexo.

Ilustraciones > Canina Walls

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