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Situación de las mujeres en Albania

*Situación de las mujeres en Albania aparece en el podcast:

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Hoy empezamos el podcast sin movernos de Europa, pero viajando a un país que está bien cerquita aunque a veces parece que esté en otro universo, porque no se le presta ninguna atención desde los medios de comunicación, como creo que pasa en general con los países de los Balcanes. Hablemos de la situación de las mujeres en Albania. 

Albania, que está a tan solo 2000 km, tiene una superficie y una población muy parecidas a las de Galicia, unos tres millones de habitantes, y con bastantes peculiaridades culturales dentro del contexto europeo. Albania se independizó del Imperio Otomano en 1912 y el Islam es su religión predominante. Tradicionalmente, la sociedad tenía una organización tribal y se regía por un conjunto de leyes antiquísimas, patriarcales y súper misóginas llamado “Kanun”. 

El Kanun despojaba de derechos a las mujeres, qué raro, y establecían que eran propiedad del esposo. Dichas leyes contemplaban que este pudiera humillarla y castigarla físicamente o incluso matarla en determinados supuestos. Dentro de las tradiciones albanesas estaban también la venganza de sangre, los matrimonios concertados o un fenómeno del que quizá hayáis oído hablar, el de las “vírgenes juradas”. Mujeres que, a veces para escapar de matrimonios forzosos, renunciaban a su sexualidad y a vivir la vida como quisieran, juraban permanecer célibes y a cambio accedían al mismo estatus social del que disfrutaban los varones.

Hace mucho tiempo que todas esas tradiciones antiguas están totalmente fuera del sistema legal albanés, y solo en alguna zona rural remota del norte del país quedan reductos donde se siguen observando algunas de estas normas. De hecho, aún viven algunas de esas “vírgenes juradas”. Os dejaré un artículo sobre esto mismo en el resumen del programa, como siempre. 

También se siguen produciendo en Albania algunos matrimonios concertados, incluso con niñas. Actualmente se hace fuera de la ley. La asociación “Girls Not Brides” denuncia que un 1% de las mujeres de Albania se casan antes de los 15 años. El aborto selectivo de niñas, una práctica habitual en varios países, como iremos viendo, tampoco parece haber desaparecido del todo en algunas zonas. 

El caso es que aunque todas estas son realidades muy muy residuales, y no es justo identificar a Albania en conjunto por ellas, como dice Eliza Adriani en un artículo que también os enlazaré, toda esa herencia cultural sigue pesando en la mentalidad de los albaneses e influye para que la sociedad siga siendo hoy súper machista.

Para hablar de la situación de las mujeres en Albania tenemos que referirnos un poco al pasado reciente del país. Después de la Segunda Guerra Mundial, se instauró un régimen comunista, liderado por Enver Hoxha, que mejoró claramente la situación de las mujeres. Al menos en el espacio público. Se reconoció la igualdad de derechos, se les concedió el derecho al voto y se incorporaron de forma radical al mundo del trabajo y de la política.  Es verdad que en otros aspectos la situación no fue tan positiva: por ejemplo, la política natalista del Estado hizo que el aborto estuviera penalizado y perseguido.

A principios de los años 90 cayó el comunismo y Albania se convirtió en una democracia parlamentaria multipartidista y capitalista más. Legalmente las mujeres no perdieron derechos en el nuevo sistema, que siguió reconociendo la igualdad, pero los efectos reales e inmediatos del cambio fueron muy negativos para ellas.

La Albania comunista era un Estado ateo, pero con la llegada del capitalismo, se produjo un resurgir de las tradiciones y de la influencia de la religión, y se reforzó el rol de las mujeres como madres y esposas. Eso, sumado a la crisis económica y al aumento del desempleo, hizo que muchísimas albanesas salieran de nuevo del mercado del trabajo en mucha más proporción que los hombres. 

En el ámbito político también hubo un retroceso tremendo: mientras en el último parlamento de la Albania comunista había 73 mujeres, en las primeras elecciones multipartidistas solo fueron elegidas 9 diputadas. Con la caída del comunismo también surgieron otros problemas. La prostitución, por ejemplo, estaba prohibida antes y sigue estándolo ahora, pero durante el periodo comunista la prostitución no era la lacra que es ahora.  

Hoy, Albania es un centro clave del tráfico de personas en Europa, especialmente claro, de mujeres. Jóvenes de zonas pobres son engañadas con promesas de trabajo o de matrimonio e introducidas luego en redes de prostitución en el extranjero. Muchas de ellas proceden de zonas muy tradicionales y misóginas,  donde se vincula el honor al mantenimiento de la virginidad antes del matrimonio. Así que se encuentran entre la espada y la pared: atrapadas en países extranjeros donde están en situación ilegal y sin atreverse a regresar a casa por la vergüenza o el deshonor que traerían a su familia. El problema ha alcanzado dimensiones enormes, porque además pasan por Albania víctimas de trata de muchos otros lugares. Y aunque el gobierno ha puesto en marcha programas para luchar contra ello son totalmente insuficientes. 

Albania ha ido concediendo algunos derechos a las mujeres y a personas no heterosexuales. En 1995 se aprobó el aborto libre hasta la semana 12 de embarazo, por ejemplo, mismos año en el que se legalizó también la homosexualidad, que había sido perseguida en la época comunista. La situación de lesbianas y gays sigue sin ser óptima, a pesar de que se han ido sacando también leyes contra la discriminación en diferentes ámbitos. Todavía están privadas de derechos, por ejemplo, no están reconocidas las uniones entre personas del mismo sexo, y sobre todo, se enfrentan a una sociedad muy conservadora y prejuiciosa. Una encuesta del 2015 desvelaba que solo el 6% de los albaneses apoyaría completamente a su hijo o hija en caso de descubrir que es homosexual. Mientras que un 30% aproximadamente afirmaba que le dejaría de hablar, le echaría de casa o directamente le pegaría.

Esa distancia entre leyes y mentalidades, que hace que muchas veces las propias personas encargadas de aplicar leyes igualitaristas no sean las más adecuadas, la vemos en todos los países, como sabéis. En Albania el peso de esa cultura patriarcal ancestral es enorme, y es uno de los factores que explican también lo extendida que está la violencia machista. Una encuesta de 2018 mostraba que una de cada dos mujeres albanesas había sido víctima de violencia por parte de su pareja hombre, y también dejaba clara la aceptación que todavía tiene esa violencia: también una de cada dos encuestadas afirmaba que la violencia en la pareja debía quedar en el ámbito privado. 

Los datos que tenemos sobre feminicidios son incompletos, pero en cualquier caso son tremendos. Por ejemplo, en 2012 murieron asesinadas al menos 23 mujeres a manos de parejas o de familiares, y solo en los dos primeros meses de 2020 hubo 7 feminicidios. Recordamos que Albania tiene tres millones de habitantes.

Y aun así, Albania es uno de los países del mundo que más se está poniendo las pilas ahora para cerrar su brecha en base al sexo. En especial el último gobierno socialista vienen dando pasos para favorecer la igualdad, cada vez prestan más atención a la lucha contra la violencia machista, el número de mujeres en política está aumentando mucho, actualmente son ya el 30% del parlamento y ocupan la mitad de los ministerios… En fin. Que el horizonte no parece tan negro por allí, primas, aunque la situación de las mujeres sea dura.

Ilustraciones > Canina Walls

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