Androcentrismo médico
La medicina ha estado históricamente controlada por los hombres y, por tanto, tanto la investigación como la práctica en medicina ha tomado el cuerpo masculino como el único. Esto ha tenido y tiene graves consecuencias para la salud y la vida de las mujeres.
El hecho de considerar al varón como modelo estándar como representación de todos los cuerpos, distorsiona la realidad e invisibiliza la biología de las mujeres bajo la normatividad masculina.
Los resultados que se obtienen de las investigaciones y ensayos clínicos centrados en los cuerpos masculinos se extrapolan en la práctica a las mujeres, ignorando las diferencias biológicas.
En consecuencia, las mujeres:
- Sufren diagnósticos falsos, tardíos, o directamente mueren por enfermedades con cura.
- Enfermedades y dolencias únicamente femeninas conllevan en ocasiones años de sufrimiento hasta que son diagnosticadas. La endometriosis se tarda en diagnosticar una media de 8-9 años.Imagen 5.
- Tienen menos hospitalizaciones y más sobremedicación -especialmente psiquiátrica- en atención primaria.
- Son con más frecuencia víctimas de juicios subjetivos, falta de rigor y transparencia.
Las mujeres también sufren más efectos adversos de los fármacos, debido a su exclusión en los ensayos clínicos, y tienen más riesgo de que se medicalice su malestar emocional e incluso los procesos fisiológicos normales de sus cuerpos, como la menstruación, el parto o la menopausia.
El hecho de que las mujeres y su anatomía hayan sido históricamente excluidas tanto en estudios como en ensayos clínicos también tiene repercusiones en el conocimiento sobre las enfermedades únicamente femeninas, de las que hay menos evidencia científica, y por lo tanto diagnóstico, prevención y tratamiento. Por ejemplo, nosotras sufrimos menos infartos que los hombres, pero morimos más que ellos porque los síntomas del infarto que se conocen son los que afectan a varones.
En ‘El encarnizamiento médico con las mujeres’ se describen 50 prácticas médicas sobre nosotras en España, como el caso de una niña de diez años que lleva tres días con dolores abdominales y a la que se opera de urgencia de apendicitis. Cuando los padres hablan con el cirujano, este les informa de que el apéndice era normal. Ese mismo día la niña tiene su primera regla.