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Genocidio televisado de Gaza

*Genocidio televisado de Gaza aparece en el podcast:

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En Radiojaputa, como sabéis, ya hemos hablado sobre Palestina, de su historia y también de la situación de las mujeres que viven allí. Esto último lo tenéis en el podcast número 138. Hoy queremos hablar de cómo Occidente está siendo cómplice del genocidio que Israel está cometiendo en Gaza. Nos vamos a centrar en el linchamiento actual, que viene ocurriendo desde octubre, si os falta contexto hasta entonces, os recomendamos mucho escuchar la introducción del 138 y a continuación, lo que sigue.

La franja de Gaza es un territorio de unos 360 km2 en el que antes de que empezase la masacre actual vivían más de 2 millones de personas sin recursos, sin futuro y con una economía colapsada por el bloqueo israelí. Dos tercios de la población sufría una situación grave de inseguridad alimentaria y, según un informe de Save the Children de 2022, el 80% de los niños tenían síntomas de depresión y miedo crónico. Gaza era la cárcel a cielo abierto más grande del planeta. El 7 de octubre de 2023, Hamás, el grupo islamista que gobierna Gaza desde 2007, lanzó un ataque contra Israel en el que murieron unos 750 civiles y algo menos de 400 soldados y policías israelíes. Hamás, por cierto, surgió en los años 80 con apoyo de Israel, amigas. ¿Por qué? Porque es como Israel esperaba dividir a la resistencia palestina y debilitar a la Organización para la Liberación de Palestina, donde predominaban las ideas socialistas y secularistas, no religiosas. 

La frontera de Gaza es una de las más militarizadas y vigiladas del mundo, así que el mundo entero se sorprendió de que Hamás pudiera llevar a cabo semejante ataque. A día de hoy ya sabemos que los servicios secretos israelíes sí tenían información de que se estaba preparando un ataque, pero la ignoraron. ¿Lo hicieron adrede para usar ese ataque como justificación para arrasar Gaza? Es una posibilidad. Aunque hay otra muy plausible que es la pura negligencia: que la arrogancia, el supremacismo y el racismo que imperan hoy en Israel les llevasen a infravalorar la amenaza. 

Israel respondió con una ofensiva despiadada sobre Gaza en la que han muerto ya casi 35.000 personas, entre ellas unos 14.000 niños y niñas, y más de 75.000 han resultado heridas o mutiladas. Algún sinvergüenza pretende desacreditar las cifras de asesinatos señalando que vienen del Ministerio de Salud de Gaza, que controla Hamás. Pero las cifras que ese mismo ministerio ha dado en ataques anteriores de Israel han sido siempre muy fiables, y además las estimaciones de diferentes investigadores occidentales las dan por buenas. Así que sí, en 6 meses, han sido asesinados en Gaza los mismos niños que en todos los demás conflictos del mundo juntos en los últimos 4 años. Entre los asesinados hay también casi 150 periodistas y más de 200 cooperantes, algunos de países occidentales, que ya hemos visto que es lo que más indigna a algunos medios, políticos y conciudadanos nuestros. Por contextualizar: tras 2 años de guerra en Ucrania, la ONU cifró el número de civiles muertos allí en 10.500. En Gaza se triplica de largo la cifra en cuestión de meses. Hoy hemos sabido que Israel ha lanzado un misil desde un dron contra un grupo de niños que jugaban. 11 niños han sido asesinados en el ataque. Hemos visto a Israel atacar hospitales e incluso bombardear a gente que iba a recoger ayuda humanitaria. Una ayuda humanitaria cuya llegada obstaculizan todo lo que pueden, haciendo que la población muera también de hambre. El nivel de destrucción llevamos viéndolo desde octubre, porque lo de Gaza está siendo un genocidio televisado.

En diciembre del año pasado Sudáfrica denunció a Israel por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia y hay un proceso abierto al respecto. Israel, en octubre, atacó Gaza apoyado por todos los gobiernos occidentales. Hablaron del derecho de Israel a defenderse. Del derecho de la ciudadanía palestina a defenderse del expolio, la invasión, el bloqueo, los asesinatos, etc., no dicen nada. Israel tiene ocupadas zonas de Cisjordania y de Jerusalén de forma ilegal, no lo decimos nosotras, lo dice la comunidad internacional: Israel ha metido a 600.000 judíos en asentamientos ilegales, echando de sus casas y privando de libertad de movimiento a los palestinos. Pero nunca hablan de su derecho a defenderse. Tampoco del de los y las gazatíes encerradas y condenadas a la miseria. Las paradojas, amigas. A nosotras, de todas formas, no nos convence del todo el término de “ocupación», porque indirectamente legitima al resto de Israel, cuando en realidad todo el estado de Israel es un proyecto colonialista. El sionismo es un nacionalismo colonialista, al contrario que el nacionalismo palestino, que nace vinculado al anticolonialismo.

Cuando Israel atacó Gaza tras el ataque que sabían que Hamás planeaba, países como  EEUU, Alemania o Reino Unido, entre otros, se apresuraron a mandar armas a Israel. Hubo gobiernos más críticos, como el español, al que Israel ha llegado a acusar de “apoyar a los terroristas”. LOL. LOL porque, aunque las medidas como el reconocimiento diplomático del Estado palestino que ha prometido Pedro Sánchez serían importantes, es todo fachada y doble juego. España ha seguido vendiéndole armas a Israel, a pesar de decir que no iba a hacerlo, por poner un ejemplo. Están asesinando a palestinas con nuestros impuestos, porque sí, amiga, las empresas españolas que fabrican armas reciben millonadas en subvenciones públicas. 

Los derechos humanos son papel mojado y dependen de si el agresor es amiguete o no, si es blanco o no, si tiene pasta gansa o no tiene un puto duro. A Rusia le llovieron sanciones de todos los colores y se llegó incluso a esperpentos como prohibir a deportistas participar en competiciones por ser rusos, incluso se despidió a rusos que trabajaban en Occidente por no condenar la invasión. Los datáfonos de muchos comercios, cuando hacías un pago, te preguntaban si querías donar dinero acto seguido para Ucrania. Ahora, sin embargo, hemos llegado a ver cómo en los EEUU se han producido presiones a trabajadores y despidos de personas por apoyar a Palestina

Cuando hablamos del apoyo occidental a Israel siempre lo explicamos señalando el poder del capital judío y su influencia en países como EEUU a través de todo tipo de lobbies. Su presencia por ejemplo en conglomerados mediáticos es enorme y ayuda a entender por qué hay tan pocas voces palestinas con tribuna en medios de comunicación importantes. Y todavía más relevante es el rol de la industria armamentística y de seguridad israelí. Israel exporta masivamente tecnología y armas a todo el mundo, que -por cierto- pone a prueba previamente contra las y los palestinos, por cierto. Pues bien, Europa es el mejor cliente de Israel. Podríamos hablar de episodios tan truculentos como la participación de esa industria armamentística israelí en el genocidio de Ruanda de 1994… pero no hay tiempo, así que os invitamos a que busquéis información vosotras. El caso es que esas ventas le dan mucha influencia diplomática a Israel. Por poneros un ejemplo, el famoso software Pegasus, para espiarnos a través de los smartphones, lo desarrolló una empresa de Israel. 

Pero hay más motivos por los que Israel recibe tanto apoyo en Occidente. El discurso de Israel es que la ocupación, la represión y el apartheid que están llevando a cabo sirven para proteger a Occidente del terrorismo islamista. Hay que tener la cara de cemento armao para decir esto cuando tú mismo has financiado a Hamas. Pero que la realidad no les estropee un buen relato. Y hay sectores occidentales que compran eso, amigas, o mejor dicho: dicen comprarlo. Además, de un tiempo a esta parte Israel se ha convertido, quién lo iba a decir, en el modelo a imitar para la ultraderecha occidental. Es un régimen etnonacionalista y racista que limita las garantías democráticas, que reprime a las minorías, que promociona la natalidad entre los judíos para conseguir la preeminencia étnica…  Os suena, sí, porque es todo lo que quiere la ultraderecha aquí para nosotras. Por eso desde hace un tiempo en las manifestaciones de los fascistas europeos y americanos aparecen banderas de Israel. Además, con el cambio climático como un factor que va a generar cada vez más lucha por los recursos, lo que Israel hace con Palestina es visto como un laboratorio de pruebas de lo que otros estados podrían querer hacer: fronteras hipervigiladas, guetos, etc.

Y todavía hay otro gran motivo por el que Occidente apoya a Israel, que es el sentimiento de culpa por el Holocausto, hábilmente instrumentalizado por Israel. El chantaje emocional y el agitar la bandera del antisemitismo cada vez que se les critica, les funciona muy bien. Especialmente en países como Alemania, desde luego. Aunque, también os digo, que esta es una estrategia que cada vez cuela peor y entre menos gente. Esta misma semana, Varoufakis pretendía participar en el Congreso sobre Palestina que se celebraba en Berlín. Varoufakis llevaba un discurso preparado que decía: “¿Cuánta sangre palestina ha de correr para lavar vuestra culpa por el Holocausto?”. El Gobierno alemán mandó a la policía a disolver el acto y ha prohibido a Varoufakis entrar en Alemania.

Todo el apoyo de Occidente a Israel ha tenido episodios esperpénticos, como el de VOX y el PP intentando darle la medalla de Oro de Madrid a Israel en pleno genocidio, algo que no ha sucedido al final porque cronistas de la villa de Madrid lo han frenado. La idea que defiende la derecha la habréis oído mil veces: que “Israel” es uno de los nuestros, una democracia que sobrevive rodeada de bárbaros. Pero es que Israel no es una democracia. Israel es un país donde funciona la censura militar, donde desde 2018 la llamada “Ley del Estado-Nación” caracteriza el Estado en términos etnorreligiosos y establece la supremacía judía. Donde muchas leyes y políticas imponen el apartheid de la población palestina. Donde según la ley religiosa las mujeres necesitan la autorización de su esposo para divorciarse. Etcétera. Netanyahu es un ultraderechista defensor de la ocupación y de un modelo capitalista autoritario, racista y ultranacionalista. Y la coalición que lo aupó a la presidencia esta última vez, a finales de 2022, es la más ultraderechista de la historia de Israel. La integran partidos como el Partido Sionista Religioso o distintos grupos de judíos ortodoxos y ultraortodoxos. Parte de esa gente apoya la expulsión de la ciudadanía árabe y pinta a las y los palestinos como “terroristas por naturaleza”. En el marco del conflicto actual hemos visto por ejemplo al Ministro de Defensa llamar “animales“ a las gazatíes, o al antiguo vicealcalde de Jerusalén calificar a los palestinos de “subhumanos” y hacer un llamamiento a “enterrarlos vivos”.  

Como decíamos, Israel juega al “si no estás de acuerdo con lo que hago como gobierno y como estado, te señalaré por antisemita, diré que estás en contra porque soy judío”. Como si ser judío significara siempre estar con Israel, y no, no todos los judíos piensan como Netayanhu, evidentemente. La organización pro derechos humanos de Israel B´Tselem, algunos grupos de izquierdas, y fuera de Israel hasta una cuarta parte de las judías y judíos de los EEUU, por poneros algunos ejemplos, consideran Israel un régimen de apartheid. Eso no quita tampoco que las posturas racistas, supremacistas y criminales no estén muy extendidas, que lo están. Os doy dos datos muy ilustrativos del nivel de extremismo: según una encuesta de noviembre de 2023, el 85% de los judíos de Israel creían que el sufrimiento de los civiles en Gaza por la guerra no importaba, y según otra encuesta de febrero de este año, casi el 70% se oponía a dejar entrar ayuda humanitaria en Gaza. 

El actual choque entre Irán e Israel, por cierto, seguramente no desembocará en una guerra abierta porque ahora mismo no le interesa eso ni a los unos ni a los otros. Y tampoco a los EEUU, como sabéis, principal aliado de Israel. Pero ojo, porque sí hay sectores de la ultraderecha judía que tienen en mente que una futura guerra contra Irán podría ser la excusa perfecta para una expulsión masiva de los palestinos. La sangre en Palestina va a seguir corriendo, para vergüenza del mundo entero, y este ataque genocida contra Gaza será un episodio más y luego vendrán otros. Y los supervivientes seguirán queriendo justicia y venganza, y atacarán con lo que tienen, e Israel seguirá usando cualquier piedra que llegue a su lado para seguir exterminando a Palestina hasta que no quede nadie a quien asesinar. La mayoría de medios harán porque olvidemos estos meses de horror como ya han conseguido que olvidemos otros iguales. Mientras no haya presiones fuertes de verdad sobre Israel, mientras los estados del mundo no se posicionen de forma valiente y conjunta, Israel va a seguir haciendo lo que le venga en gana con el pueblo palestino. De momento, ese posicionamiento conjunto no está ocurriendo, como sabéis, y solo países sueltos de Latinoamérica y otros árabes han sido contundentes contra Israel. Hay que tener en cuenta que hay unos 30 países que no reconocen a Israel como Estado o que no tienen relaciones diplomáticas con él desde mucho antes. El Movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) contra Israel, que funciona desde 2005, ha tenido algún éxito parcial, consiguiendo por ejemplo que algunos fondos de inversión grandes salgan de Israel, pero frente a todo el apoyo que reciben los sionistas es algo todavía insignificante. Por cierto, y ya con esto acabo, hay una app que se llama “No! Thanks” que te lee códigos de barras de los productos para poder boicotear a Israel. Os la dejaremos junto al resto de información mencionada en radiojaputa.com.

BIBLIOGRAFÍA PALESTINA

 

Artículos:

 

 

Dos libros interesantes que pueden descargarse de manera gratuita:

 

 

 

Tres películas

 

Fahra (Darin J. Sallam, 2021). La nakba vista por una niña palestina. (Netflix)

3000 Layla (Mai Masri, 2015). Sobre una madre palestina encarcelada en Israel. (Netflix)

Omar (Hany Abu-Assad, 2013). Un panadero palestino acepta trabajar como informante al ser detenido tras la muerte de un soldado israelí. (Filmin).

 

App boicot a Israel: 

No Thanks – Google Play

No Thanks – App Store