Mujeres piratas

*Mujeres piratas aparece en el podcast:

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Vamos a empezar con una pequeña aclaración, sobre la diferencia entre piratas y corsarios. Piratas son quienes se dedican a robar o secuestrar desde un barco, normalmente abordando otros barcos. Los corsarios, por otra parte, hacían lo mismo, pero con la autorización de un Estado al que tenían que pagar parte del botín que consiguieran. Esas autorizaciones que daba el Estado para abordar barcos de otros países se llamaban “patentes de corso”, que es una expresión que usamos mucho todavía cuando alguien puede hacer lo que le venga en gana sin consecuencias. Luego hay otros dos términos que habréis oído, “bucanero” y “filibustero”, que en origen se referían a tipos concretos de piratas de la zona de las islas Antillas en los siglos XVII y XVIII.

La piratería es tan vieja como la historia de la navegación, y es una actividad que ha continuado hasta el día de hoy. Ahí tenéis por ejemplo a los famosos piratas somalíes, que de vez en cuando saltan a la prensa española por episodios como el secuestro del atunero Alakrana en 2009. Claro que, cuando pensamos en piratas, los que nos vienen a la cabeza son los del mar Caribe entre mediados del siglo XVII y principios del XVIII. A esa época se la llama la “Edad de Oro de la Piratería”, y en aquel contexto los piratas tuvieron tanta influencia que entre 1706 y 1718 llegó a existir una “República Pirata” en la zona de las Bahamas, aunque los ingleses no tardaron en retomar el control de todo ese territorio.

Nuestra idea de la piratería está muy cargada de romanticismo, en parte por la imagen que nos han transmitido el cine y la literatura. Relacionamos la vida de los piratas con la libertad, con no tener que someterse a reyes ni a las normas de ningún Estado. Los piratas eran figuras antisistema, y al menos en esa época de los siglos XVII y XVIII, era frecuente que se organizasen internamente de forma mucho más democrática que los Estados, votando a sus líderes y tomando decisiones de manera asamblearia. Claro que, junto a todo esto, estaba también la otra cara de la moneda, que es que era gente que se comportaba a veces de manera brutal.

En general, la vida en el mar, no ya solo la de los piratas, ha estado siempre asociada al ideal de masculinidad. Era un trabajo muy duro, que requería mucha fuerza física (sobre todo antiguamente, cuando todo era manual), y estaba en el imaginario social la idea de echarse al mar “para hacerse un hombre”. Los marineros entonces eran “hombres de verdad”, pendencieros y mujeriegos, como en la canción de Café Quijano, con una amante en cada puerto y todo eso. Y en cierta medida, todavía sigue viéndose así. La marinería sigue siendo un ámbito muy masculinizado donde las mujeres lo tienen muy muy difícil. Y la piratería no ha sido una excepción a esto. Los famosos “códigos piratas”, que eran las normas que regulaban la vida en los barcos piratas (sobre todo desde el siglo XVII), solían prohibir expresamente que las mujeres estuvieran en los barcos, y la pena si se descubría que un pirata había subido a bordo a su amante disfrazada de hombre era la muerte. Claro que, aunque todos los códigos piratas eran parecidos, cada barco tenía el suyo y se aplicaba con más o menos rigidez. Pero en general, se creía que las mujeres eran causa de discordia y traían mala suerte en el mar. La culpa ya entonces era de Yoko Ono. Y aun así, amigas, hubo mujeres piratas. Y la realidad es que nos encontramos con piratas de todo tipo y clase social. Hablaremos solo de un puñado de ellas, las que nos han parecido más interesantes entre las que existieron de verdad, porque luego también hay bastantes que no está del todo claro si fueron reales o leyendas.

Una de las primeras piratas de las que tenemos noticia fue ARTEMISIA I, que era la reina de la ciudad-estado de Halicarnaso, en la costa de la actual Turquía, en el siglo V antes de Cristo. Comandaba una flota que se dedicaba a abordar y a robar barcos en el Mediterráneo, y sabemos también que combatió al lado de Jerjes I contra los griegos, destacando como una de las líderes del bando persa.

Otra pirata de la época antigua fue TEUTA DE ILIRIA, reina de una tribu de los Balcanes en el siglo III antes de Cristo, que se hizo conocida por sus acciones de piratería contra los barcos romanos. 

Y en la Edad Media, tenemos a varias mujeres que se hicieron famosas por practicar la piratería. Están por supuesto las vikingas, que participaban con los varones en acciones de este tipo, aunque de la mayoría de ellas no tenemos datos muy fiables. En el siglo XIV nos encontramos con una pirata muy interesante, JEANNE DE CLISSON, una mujer noble que para vengar la ejecución de su marido, ordenada por el Rey de Francia, compró tres barcos y se dedicó a comandar asaltos piratas contra la flota francesa en el Canal de la Mancha. Su historia es parecida a la de ELISE ESKILSDOTTER, otra noble, en este caso de Noruega, que un siglo después también practicó la piratería para vengar la muerte de su marido.

En la Edad Moderna, tenemos en el siglo XVI a una pirata andalusí: SAAYIDA AL-HURRA. Nació en el Reino de Granada y, siendo niña, tuvo que huir cuando los Reyes Católicos lo conquistaron. Años después, entre 1512 y 1542, se convirtió en gobernadora de Tetuán, y desde ese puesto, aliada con el famoso Barbarroja, comandó una flota pirata temida en todo el Mediterráneo que atacaba a barcos cristianos. 

Otra pirata del siglo XVI, una auténtica heroína para los irlandeses hasta el día de hoy, fue GRACE O’MALLEY. O’Malley venía de la pequeña nobleza y compaginó negocios legales con acciones de piratería. Tenía varios barcos y unos 200 hombres a su cargo, y atacaba sobre todo barcos y asentamientos ingleses, alineada con los rebeldes irlandeses. Eso hizo que la reina Isabel I de Inglaterra llegase a poner precio a su cabeza, aunque después ambas mujeres llegaron a tener un encuentro personal y la reina debió quedar impresionada por la pirata, porque accedió a liberar a su hijo, apresado por los ingleses, y a devolverle algunas propiedades que le habían quitado. Hay quien ve ahí un ejemplo de sororidad por parte de la reina de Inglaterra, que la verdad es que tuvo algún otro episodio similar con otras mujeres y sí parece que empatizaba con lo que significaba ser una mujer con poder en esa era. Grace O’Malley siguió practicando la piratería hasta sus últimos años de vida, y falleció nada menos que a los 73, en el año 1603.

O’Malley fue una fuente de inspiración para la que es quizá la pirata más famosa, ANNE BONNY, que también era irlandesa, aunque su familia se mudó a Norteamérica cuando era niña. Su padre era un abogado con pasta, pero ella era hija ilegítima, y es que su madre era la sirvienta de su padre. En 1718, cuando tenía unos 20 años, Anne se casó con un marinero y se fue a Nasáu, en Bahamas, que era el epicentro de la piratería en aquellos momentos. Y allí dejó al marido para enrolarse en un barco pirata que capitaneaba “Calico Jack”. Anne se metió en el barco haciéndose pasar por un hombre y fue ganándose la confianza de los piratas y asumiendo responsabilidades importantes dentro del barco. No está muy claro si toda la tripulación llegó a saber y a aceptar que era una mujer, o si siguió travistiéndose y solo el capitán y una pequeña parte de la tripulación conocieron su verdadera identidad. 

También por la misma época entró en escena la otra “pirata del Caribe” famosa: MARY READ. Mary Read era inglesa, había nacido en 1685, y su madre la había hecho pasar por un hermano varón suyo que había muerto. La movida es tal que así: la madre se casó, tuvo un niño, y en muy poco tiempo sucedió que se murió el marido, se murió el niño y ella se quedó embarazada de otro hombre, naciendo Mary. Como la suegra, la madre del marido fallecido, pasaba una ayuda económica para su nieto, la madre le hizo creer que Mary era ese nieto, que en realidad estaba muerto. El caso es que Mary se acostumbró a hacerse pasar por hombre, y de joven estuvo enrolada como hombre en la marina y luego en el ejército británico. Sirviendo allí, se enamoró de un compañero y se casaron, abandonaron el Ejército y pusieron una taberna. Pero unos años después, su marido murió, y Mary dijo, mira, me vuelvo al mar, se disfrazó de hombre otra vez y se enroló en un barco mercante que, casualidades de la vida, ¡fue apresado por los piratas! Entonces, Mary decidió unirse a ellos y acabó entrando a trabajar en el barco de Calico Jack, donde se hizo amiga de Anne Bonny. 

En 1720, el barco pirata de Calico Jack fue abordado por un navío inglés y su tripulación apresada, juzgada y, la mayoría, ejecutada. Tanto Anne como Mary, sin embargo, se libraron de la ejecución por estar embarazadas. Cuenta la leyenda que Mary y Anne se quedaron luchando hasta el final mientras los demás piratas se iban rindiendo.  Sabemos que Mary murió en 1721 de unas fiebres, estando en prisión, pero con Anne no sabemos qué pasó. Hay teorías que dicen que murió también en prisión, y otras que defienden que fue liberada gracias a las influencias del padre y murió en Norteamérica siendo ya muy mayor. 

Y os hablamos ahora de una pirata china de principios del siglo XIX llamada ZHENG SHI que es una fantasía. Esta mujer estaba casada con un importante pirata, y cuando él murió, en 1807, ella se hizo cargo de toda su flota, poca broma con eso porque estuvo al frente de 400 barcos y unos 60.000 piratas, dominando casi todo el Mar de la China Meridional. Derrotó varias veces en batalla al Gobierno chino, primas, aunque al final, en 1810, decidió rendirse a cambio de que la dejaran retirarse en paz. Vivió hasta 1844. Una de las cosas interesantes de Zheng Shi es que hizo su propio código pirata, en el que se contemplaba por ejemplo la ejecución de cualquier pirata que violara a una prisionera, o la prohibición de saquear aldeas que hubieran ayudado a los piratas en algún momento. No era una mujer copiando sin más un rol masculino de pirata, sino poniendo en marcha una forma nueva de liderazgo. 

Por último, de China eran también las dos piratas más famosas del siglo XX. Una es LO HON-CHO, que también se hizo cargo de la flota del marido cuando éste murió. Controlaba unos sesenta barcos y se hizo famosa por su brutalidad. En 1922 fue derrotada por el Ejército chino y no está del todo claro qué pasó con ella. Todavía más reciente y más famosa es HUANG BAMEI, apodada “Dos Pistolas”, que vivió hasta 1982 y estuvo activa como líder pirata entre 1931 y 1951. Llegó a mandar sobre 70 barcos y decenas de miles de piratas. Lo sorprendente de esta mujer es que fuera pirata durante dos décadas, porque la piratería es un oficio de riesgo, por decirlo suavemente… No es normal ver una “carrera” de pirata tan larga. Pues Bamei lo consiguió porque supo moverse muy bien en un contexto convulso marcado por la guerra civil china y por la guerra entre China y Japón. Además de sus actos de piratería, sirvió algunos periodos como mercenaria del Ejército nacionalista chino contra los japoneses, y luego contra los comunistas de Mao. Aro, los piratas de comunistas no tenían mucho, el reparto de la riqueza que lo hicieran otros. Y, bueno, cuando Mao ganó la guerra civil, Bamei huyó a Taiwán junto con los restos del Ejército nacionalista chino y allí mantuvo bastante influencia política. Sabemos también que, en los años 50, intentó captarla la CIA, pero ella rechazó la oferta. Tuvo una vida bastante de película, la verdad, y de hecho hay alguna peli donde aparece. Por ejemplo, en 1959 salió una japonesa donde se la presentaba como una colaboracionista con Japón, algo que molestó mucho a la ex pirata, que le sacó un dinero importante al estudio a cambio de no denunciarlos. 

Ilustraciones > Canina Walls

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